Puerto Vallarta y Riviera Nayarit: ambos destinos conocidos como “el tesoro del Pacífico mexicano”. Honestamente no es difícil imaginarse el origen de un calificativo tan ambicioso pero sumamente atinado: su rica y extensa gastronomía, su vida nocturna y sus hermosas playas son algunas de sus cartas más fuertes para ser digno portador de este título.
Sus playas y la manera en que contrastan con la Sierra Madre Occidental, son las joyas de este destino que más enamoran. Por ello a continuación te compartimos algunas opciones que te cautivarán.
Playa Colomitos
Las leyendas cuentan que los piratas ocultaban sus tesoros en cuevas escondidas en las montañas, tal es el caso de Playa Colomitos, una paraíso rodeado por la sierra al cual sólo se puede llegar por agua o caminando por la selva.
La variedad de peces tropicales que se pueden apreciar gracias a la claridad de sus aguas color verde turquesa son una de las razones por las que debes visitar esta playa en tu próximo viaje a Puerto Vallarta. Para llegar a ella basta con tomar una taxi acuático o lancha desde Boca de Tomatlán y navegar por unos minutos.
Playa Los Muertos
Si prefieres una alternativa más cercana al malecón de Puerto Vallarta y su arquitectura tradicional esta es la opción perfecta. Su ubicación concurrida en el corazón de la ciudad ofrece una amplia variedad de bares y restaurantes, lo cual permite combinar 2 tesoros de este destino: su rica gastronomía y esta hermosa playa.
Una de sus tantas atracciones es un muelle recientemente renovado, el cual adorna el paisaje y ofrece una vista inigualable del Pacífico mexicano. Podrás encontrar esta maravilla en la zona romántica del viejo Vallarta, cruzando el puente del río Cuale a escasos 5 minutos del malecón.
Playa Careyeros
En plena Riviera Nayarit, escondido entre Punta de Mita y Litibú, dos de las zonas turísticas más populares de la región, se encuentra este pequeño paraíso que nos da un probadita de lo que sería la mezcla perfecta entre el Caribe y el Pacífico.
Para la región en que se encuentra posee un paisaje atípico: suave arena blanca, aguas cristalinas color turquesa y una hilera de riscos de color cobrizo que producen el contraste perfecto.
Si bien no puede ser catalogada como una playa virgen ya que cuenta con diferentes fincas y villas a su alrededor, es un sitio poco frecuentado. Si buscas alejarte de la concurrencia de las zonas hoteleras, restaurantes y vendedores ambulantes, este es el lugar ideal.
Estas opciones representan a la perfección las diferentes facetas de este destino, desde el ritmo de vida emocionante y el sinfín de aventuras que ofrece hasta la tranquilidad y belleza natural que decoran este pintoresco tesoro del Pacífico.