Estos bellísimos quelonios han habitado la tierra desde hace aproximadamente 150 millones de años. La resistencia y la adaptabilidad han sido sus más poderosas herramientas para luchar por un lugar en la evolución, pero fue hasta hace poco que su permanencia entre las especies animales que pueblan este planeta se vio amenazada, mayormente por la extracción humana —su principal factor de depredación—.
¿Sabías que el 16 de junio se celebra el Día Mundial de las Tortugas Marinas?
México ha emprendido desde la década de los sesentas la labor de preservar e investigar a las tortugas marinas que anidan en las 17 playas esparcidas en las costas del Pacífico, el Golfo de México y el Caribe, en las que tenemos el privilegio de llamar su ‘casa de verano’, pues es solo durante los meses de junio a septiembre que las tortugas se aventuran hacia las playas para depositar sus preciados huevos y brindar un lugar seguro a sus crías donde incubar; de septiembre a diciembre suele ser la temporada más común del nacimiento de las crías y su liberación. Esta labor destaca a nivel internacional por ser pionera en política ambiental de protección y conservación de las especies.
Puerto Vallarta cuenta con aguerridos protectores, un grupo de personas de la sociedad civil comprometido con las tareas de conservación, quienes han logrado que la tortuga golfina quede excluida de la lista de especies “en peligro de extinción”, y forme parte ya de las especies animales en grado “vulnerable”. Esta noticia es muy alentadora para Vicente Peña activista y proteccionista de la asociación Red Tortuguera, quien cuida de esta especie desde 1986.
En la línea costera comprendida entre el Campamento tortuguero Boca de Tomates y Velas Vallarta —hotel pionero en el cuidado de esta especie y quien ha ‘adoptado’ esta extensión de 1.25 kilómetros aportando donaciones para mantener la labor de conservación—, las tareas de patrullaje, limpieza y preservación de las playas han sido fundamentales para lograr el mayor porcentaje de nacimientos de tortuguitas en todo el destino. Puerto Vallarta es testigo de decenas de miles de nacimientos anuales, lo que representa un alto porcentaje de tortuguitas listas para iniciar su venturoso ciclo de vida.
Es en este lugar donde se presenció la liberación tortuguitas laúd, una especie que regularmente se avista en Hawai (isla con la que Puerto Vallarta comparte latitud), Europa, la costa este de Estados unidos, Asia y África.
¿Sabías qué…?
- De las ocho especies de tortuga marina en el mundo, siete habitan en mares mexicanos.
- Sus manjares favoritos son las medusas, los camarones, los cangrejos y las langostas.
- Su sistema respiratorio es aeróbico, por lo que deben salir a respirar a la superficie periódicamente, pero si alguna situación de peligro le acecha, puede prácticamente mutar a una respiración anaeróbica. Sus pulmones soportan cientos de metros de profundidad.
- Las hembras regresan a anidar a la misma playa que las vio nacer. Los machos nunca tocan tierra firme.
- La temperatura ideal para su incubación es entre 30°C y 34°C.
- Durante su etapa de gestación, que dura 6 semanas aproximadamente, los depredadores naturales son el coyote, los mapaches y los cangrejos.
- Cada tortuga madre puede desovar hasta 100 huevos
- Comprime la arena balanceando su cuerpo sobre el plastrón, que es la cara ventral –opuesta al caparazón.
- Generalmente emergen al atardecer o en la madrugada cuando la arena no está caliente y hay menos actividad de depredadores.
- Cuando tocan el agua por primera vez, deben nadar en la superficie pues las grasas que han acumulado para su supervivencia las hace flotar. Después de dos o tres días pueden sumergirse libremente.
- Después de 7 a 15 años años, las crías que lograron sobrevivir regresarán a la playa que las vio nacer para iniciar un nuevo ciclo de vida.
El milagro de la vida está en nuestras manos.
Ayudemos a preservar a esta especie que nos da el honor de coexistir en este bello planeta.